Chile se mantiene como el principal proveedor de cerezas del mercado chino, consolidando una década de liderazgo en exportaciones frutícolas. Según la Administración General de Aduanas (AGA) de China, el país sudamericano es la mayor fuente de importación de cerezas desde hace más de diez años.

Entre enero y abril de 2024, China importó cerezas chilenas por un valor de 17.540 millones de yuanes (aproximadamente USD 2.440 millones). Esta cifra representa el 16,2 % del total de importaciones chinas desde Chile durante ese período.

El comercio bilateral entre ambos países alcanzó 163.190 millones de yuanes en los primeros cuatro meses del año. Esto equivale a un aumento del 5,4 % interanual, superando en tres puntos porcentuales el crecimiento del comercio exterior general de China, según reportó la AGA.

Crecimiento sostenido de la industria frutícola

Durante la temporada 2023-2024, Chile exportó más de 410.000 toneladas de cerezas, cuadruplicando el volumen registrado hace una década. Esta expansión consolida a la fruta como un pilar del comercio exterior chileno.

Álvaro Sepúlveda, investigador del Centro de Pomáceas de la Universidad de Talca, explicó que Chile se ha consolidado como líder del hemisferio sur en exportaciones de cerezas. «Nuestro país tiene condiciones que son bastante ventajosas en cuanto a sus posibles competidores, con una industria frutícola consolidada y un cultivo muy conveniente desde el punto de vista de su rentabilidad», afirmó.

El mercado chino demanda cerezas de excelente calidad, buen sabor, firmeza y gran tamaño. La fruta es adquirida como regalo durante el Año Nuevo chino, por estar asociada al bienestar y la buena fortuna.

Desafíos logísticos y adaptación al cambio climático

El principal reto logístico es la distancia entre ambos países. El traslado marítimo toma entre 20 y 35 días, lo que exige condiciones óptimas de conservación.

«El objetivo del productor es llegar al mercado asiático lo antes posible con mejores precios, entonces la estrategia es tener cultivares de bajo requerimiento de frío y buscar zonas donde la producción sea más temprana. Por eso ahora podemos ver cerezas hasta en Ovalle», explicó Sepúlveda.

El experto también advirtió sobre los impactos del cambio climático. «Si nos vamos a zonas donde la producción es más temprana, vamos a vivir las consecuencias del cambio climático, que son inviernos con poco frío y que pueden alterar la producción de fruta de la temporada», señaló. Aunque los volúmenes actuales son sólidos, alertó sobre la necesidad de adaptarse a escenarios futuros.