Las repercusiones de la guerra arancelaria impulsada por Estados Unidos comienzan a impactar de forma concreta a nivel logístico. El analista Jon Monroe, experto en comercio exterior y logística portuaria, advierte sobre cierres de fábricas y cancelaciones masivas de pedidos en Asia. Monroe ha constatado en terreno la magnitud de estos efectos: «Los temblores económicos son reales, aunque todavía no se sientan a nivel mundial», señala.

Crisis estructural, no coyuntural

A juicio del especialista, la crisis actual difiere de otras recientes, como la interrupción en el Canal de Suez. «No hay desvíos fáciles cuando el problema es estructural y político», afirma. Advierte que la reciente alza de aranceles impuesta por la Oficina del Representante Comercial de EE. UU. (USTR, por sus siglas en inglés) a las naves vinculadas con China podría llevar a una «congelación total del comercio».

Monroe lanza una pregunta clave para los operadores logísticos: «¿Estamos preparados para ver estantes vacíos en el retail?».

Importadores enfrentan incertidumbre operativa

Las empresas importadoras en EE. UU. viven un contexto complejo para planificar el año contractual 2025. La introducción de aranceles inmediatos ha obligado a modificar las proyecciones logísticas y financieras. Algunos importadores adelantaron sus pedidos para proteger sus inventarios, pero aún enfrentan decisiones críticas para los próximos ciclos de abastecimiento.

Los nuevos aranceles, que llegan hasta el 145 % en algunos productos, generan:

• Cancelaciones generalizadas de pedidos
• Reajustes de costos en la cadena de suministro
• Evaluación de nuevos orígenes de abastecimiento

Replanteamiento del abastecimiento global

Uno de los efectos más visibles ha sido la interrupción del modelo «China + 1», que buscaba diversificar proveedores. Empresas de vestuario y calzado, con manufactura en Asia, han sido especialmente afectadas por los aranceles recíprocos. Esto incluye incluso a países como Vietnam o India que dependen de insumos chinos.

Las compañías evalúan ahora:

• Mantener proveedores actuales o buscar nuevos en regiones estables
• Suspender temporalmente pedidos mientras se estabiliza el contexto
• Reforzar la planificación de abastecimiento a largo plazo

Un escenario de alto riesgo para 2025

Monroe advierte que el entorno para la logística internacional seguirá marcado por la volatilidad. Los cambios arancelarios, la incertidumbre política y las tensiones en los flujos comerciales obligan a redefinir estrategias. «Las empresas deben navegar con cautela en un entorno comercial global impredecible», concluye.