Fitch mantiene la clasificación crediticia de Chile en nivel A- con perspectivas estables

julio 12, 2024

Escrito por: Admin L360

A nivel general, Fitch destaca que Chile posee "un balance soberano relativamente sólido, con una relación deuda pública/PIB por debajo de sus pares", junto con buenos indicadores de gobernanza y un historial de políticas macroeconómicas destinadas a alcanzar metas de inflación "y un tipo de cambio flexible".

La agencia de clasificación Fitch Ratings anunció que mantiene la clasificación crediticia de Chile en el nivel ‘A-‘; con perspectivas estables sobre la misma.

Desde el Gobierno destacaron la decisión de la clasificadora, y desde el Ministerio de Hacienda, el jefe de las finanzas públicas, Mario Marcel, valoró el informe.

Uno de los aspectos que llevó a la mantención de la nota de clasificación fue el nivel de relación entre la deuda pública y el PIB, el cual estaría por debajo de otros países, además de un «historial de políticas macroeconómicas creíbles».

«Ello destaca nuestro compromiso con la regla de balance fiscal y una conducción prudente del erario impulsando gastos sólo cuando se cuente con mayores ingresos, porque esa es la forma de preservar en el tiempo las políticas públicas y de efectivamente mejorar las condiciones de vida de los chilenos», dijo Marcel.

A nivel general, Fitch destaca que Chile posee «un balance soberano relativamente sólido, con una relación deuda pública/PIB por debajo de sus pares», junto con buenos indicadores de gobernanza y un historial de políticas macroeconómicas destinadas a alcanzar metas de inflación «y un tipo de cambio flexible».

Sin embargo, también advierten que el «estancamiento político», traducido en un menor espacio a la apertura de reformas, junto con la dificultad en el aumento de impuestos para cubrir mayores gastos, resulta en «una desventaja, ya que podría resultar en un «deslizamiento» fiscal».

Las clasificaciones de Fitch buscan representar la capacidad relativa, en este caso de un país, para cumplir con sus compromisos financieros. La escala comprende desde los niveles «AAA» (mayor nivel) hasta «D» (default o alto riesgo de impago).

Para de Chile, la clasificación «A» denota «expectativas de bajo riesgo de incumplimiento. La capacidad de los pagos de compromisos financieros se considera fuerte. Sin embargo, puede ser más vulnerable a condiciones comerciales o económicas adversas, a comparación de clasificaciones más altas».

Agencia Fitch mantiene la clasificación crediticia de Chile

En el comunicado de Fitch destacaron que, a pesar del buen panorama económico respecto a balance fiscal y políticas macroeconómicas, estas se ven «balanceadas» por el bajo ingreso per cápita (en relación con otros países de la región), la alta dependencia respecto a materias primas, «el débil apalancamiento externo y los indicadores de liquidez».

Desde la clasificadora proyectan que tanto el déficit como los ingresos mejoren, gracias a la recuperación del crecimiento como los mayores precios del cobre; a la par de una normalización del gasto y desaceleración del mismo.

«Los riesgos a la baja incluyen la persistencia de un bajo desempeño de los ingreso, posibles apoyos a Codelco y la expansión o extensión de los subsidios transitorios para mitigar el alza de las tarifas de electricidad a los sectores vulnerables», sostienen desde la agencia.

Deuda e inflación

Respecto a la deuda, las perspectivas apuntarían a que esta se deterioran, pronosticando que «la deuda del gobierno aumentará al 40,6% del PIB en 2024, desde el 39,4% a finales de 2024, lo que se compara favorablemente con sus pares «A» de 50,3%. Sin embargo, respecto a la deuda gubernamental frente a los ingresos (156,9%) está por sobre sus pares «A» del 150,3%».

La cuenta corriente también presentaría mejoras en el presente año, pasando de un déficit del 3,5% al 2,2% de PIB.

Por último -entre varios aspectos- Fitch destacó la estabilización de la inflación y los recortes de tasas del Banco Central Chileno. Sin embargo, con el descongelamiento de las tarifas eléctricas «las perspectivas de una mayor desinflación parecen desafiantes», aún con la menor presión de los combustibles y el tipo de cambio.

A esto se une las dudas sobre el futuro de la política monetaria del ente emisor, tanto por las tarifas de la luz como por las tasas restrictivas de la Reserva Federal.

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