Con Donald Trump de regreso en la Casa Blanca y las agitaciones geopolíticas lejos de apagarse, los economistas no paran de preguntarse qué ocurrirá con el comercio mundial en 2025.

Es que el magnate ha repetido que una de sus palabras favoritas es «arancel». Y ha amenazado con imponer estas barreras incluso a sus socios comerciales.

«Puede pasar cualquier cosa, incluso se habla de posibles alzas de tasas dependiendo de lo que pase con los aranceles y la inflación», dijo la economista senior de BMO Capital Markets, Jennifer Lee, la semana pasada. «Por ahora todo vale», aseguró.

«Lo más importante en este momento es la incertidumbre: ¿qué es exactamente lo que va a pasar, cuándo va a pasar, cómo va a pasar?», puntualizó, por su parte, Ryan Petersen, fundador y director ejecutivo de Flexport.

Es que nada parece claro. Y hay, al menos, tres grandes incógnitas para el comercio mundial a las que habrá que estar atentos en 2025.

El «hombre de los aranceles»

Donald Trump, autoproclamado hombre de los aranceles, vuelve a la Casa Blanca el 20 de enero de 2025. En las últimas semanas ha amenzazado a México, Canadá, China y la Unión Europea con aranceles más altos sobre las importaciones.

Esto, a menos de que los líderes de esos países tomen medidas específicas que van desde enfrentar enérgicamente la migración ilegal hasta comprar más exportaciones de energía estadounidense.

A comienzos de diciembre, Bloomberg Economics presentó un escenario plausible de cómo Trump podría desplegar sus aranceles a partir de mediados de 2025, con gravámenes sobe Chia que se triplicarían a finales del año siguiente.

«Cualquiera que tenga un superávit comercial con EE.UU debería sentirse muy incómodo en este momento», expuso Jennifer Lee.

Atasco en los puertos estadounidenses

Los trabajadores de carga en los puertos de la costa este y el golfo de EE.UU. podrían abandonar sus puestos de trabajo a menos que consigan llegar a un nuevo contrato con sus empleadores antes de la fecha límite del 15 de enero.

El ILA —el mayor sindicato de trabajadores marítimos de Norteamérica— fue a la huelga durante tres días a principios de octubre y las interrupciones fueron inmediatas aunque de corta duración. Trump ha intervenido recientemente, poniéndose del lado de los trabajadores del ILA.

Sus empleadores se aferran al uso de equipos automatizados. Carsten Brzeski, jefe global de investigación macroeconómica de ING, dijo que una posibilidad es «un aumento contraintuitivo en el comercio mundial en los primeros meses del año, ya que las empresas adelantan las exportaciones a los EE.UU».

Agitación Geopolítica

El Mar Rojo fue testigo de ataques marítimos hutíes hasta 2024, y con los misiles aún volando se espera que los barcos sigan desviándose hacia Sudáfrica hasta el próximo año.

Ahora llega Trump con la vista puesta en reafirmar el control estadounidense de una vía navegable aún más importante para la economía del país: el Canal de Panamá. El presidente de ese país, en todo caso, se mantuvo firme.

En ambos casos, el conflico geopolítico en vías navegables vitales constituye otra nube sobre el comercio internacional.

De cara a 2025, en todo caso, hay buenas noticias en el transporte marítimo, que podrían compensar los mayores costos por aranceles de EE.UU.

Los transportistas de mercancías han encargado muchos busques nuevos, que entrarán en servicio en 2025. Esto podría aliviar la presión al alza sobre las tarifas de flete, que concluyen un 2024 al alza.

Y si la violencia en el Mar Rojo cede, permitiendo que el tráfico vuelva a fluir con normalidad, «eso hará bajar instantáneamente el precio del flete marítimo en dos tercios, quizás más», explicó Petersen a Bloomberg.