La participación femenina en la industria portuaria en Chile presenta brechas y barreras que exigen la implementación de estrategias que promuevan la equidad de género y una mayor participación de las mujeres en este sector.  

En el año 2021, unos académicos de las universidades de los Andes y de Valparaíso investigaron la situación de la mujer y de la equidad de género en la industria marítimo-portuaria.

El «Estudio de Equidad de Género en la Industria Marítimo-Portuaria en Chile» determinó que existe una brecha salarial de casi un 11% entre mujeres y hombres que trabajan en la industria marítimo-portuaria.

Los autores del estudio fueron los doctores Rosa González y Andrés García, profesores de la Facultad de Ingeniería y Ciencias Aplicadas de la Universidad de los Andes, y Daniella de Luca, académica de la Escuela de Negocios Internacionales de la Universidad de Valparaíso.

Junto a entrevistas a expertos, el grupo de investigación concretó 724 encuestas entre junio y diciembre de 2021, entre trabajadores de ocho puertos chilenos: Arica, Antofagasta, Mejillones, Coquimbo, Valparaíso, San Antonio, Lirquén y Punta Arenas. 

De acuerdo al estudio de ese entonces, una de cada cuatro personas que trabaja en la industria del transporte y el almacenamiento eran mujeres, pero el porcentaje disminuyó en el rubro portuario, llegando al 12%.

Desafíos

La geógrafa y directora del Centro de Investigación Marítimo Portuario de la Universidad Católica de la Santísima Concepción (UCSC), Karem Urzúa, también recordó que, en la actualidad, en el sector portuario, hay una brecha salarial femenina del 11% en comparación con sus colegas masculinos y se refirió a las barreras que enfrentan las mujeres que trabajan en los puertos.

Sostuvo que hay una falta de implementación de prácticas laborales que promuevan la equidad de género y una menor familiaridad con los protocolos de prevención de violencia laboral.

Indicó que para fomentar la participación femenina es importante la colaboración entre entidades públicas y privadas, por lo que propuso iniciativas que incluyan programas educativos y de mentoría para inspirar a las niñas desde una edad temprana a considerar carreras en la industria logística portuaria.

Urzúa enfatizó la necesidad de crear un ambiente laboral inclusivo y equitativo, con medidas concretas desde los niveles gerenciales hasta los operativos, que fomenten el conocimiento y la aplicación de protocolos de prevención de violencia laboral.

Subrayó que hay avances en el progreso en la participación de las mujeres en cargos gerenciales y operativos, aunque destacó que aún persisten desafíos significativos, como la baja representación en la fuerza laboral y la segregación ocupacional.

Finalmente, la geógrafa visualizó oportunidades futuras para mejorar la representación y el empoderamiento de las mujeres en la industria a través de la visibilización de problemas y la colaboración con diferentes entidades para llegar a la educación de niñas y niños desde etapas tempranas.

A nivel global

Debido a las barreras invisibles para las mujeres en la industria marítima, su presencia está restringida, actualmente representan menos del 2 % de la fuerza laboral marítima de los 1,2 millones de marinos a nivel global (actividades mar a dentro), la mayor parte del total se concentra en la industria de cruceros.

Su representación en la industria portuaria (actividades en puertos marítimos en tierra) es mayor, con un 17 % a nivel mundial: el 12 % lo representa el personal administrativo y el 5 % restante en manejo de carga (operación portuaria).

«Sin embargo, estos porcentajes aún son bajos, especialmente considerando el entorno de trabajo amplio y multifacético que ofrecen los puertos marítimos», indica el Ing. Alexander Eslava Sarmiento, consultor portuario, especialista en Logística Internacional.

Sostiene que, aunque por iniciativa de los órganos rectores portuarios, incluso en los países en desarrollo, las tasas de empleo de las trabajadoras portuarias aumentan día a día, el número de empleados masculinos sigue siendo bastante alto.

«En efecto, durante décadas, no ha sido fácil para la mujer trabajar en esta industria que creó su propia cultura de rechazo a la presencia femenina. En línea a lo anterior, la falta de incentivos para que la mujer se involucre laboralmente en el puerto marítimo, a su vez, desvía su intención hacia otros sectores que le ofrecen mejores prestaciones y crecimiento profesional», apunta.