En el marco del desayuno organizado por la International Fresh Produce Association (IFPA) en Chile a finales de mayo, Andro Vidal, gerente comercial de Exportadora Subsole, presentó un análisis detallado sobre la situación actual de la producción y exportación de uva de mesa. La exposición de Vidal subrayó tanto las fortalezas como los desafíos del sector hortofrutícola, abordando aspectos clave como la sostenibilidad y las oportunidades para posicionar a Chile como un actor clave en los mercados internacionales.

El evento congregó a diversos actores de la industria para discutir el futuro de la exportación de productos frescos. Vidal presentó un análisis productivo por regiones, destacando la extensa fruticultura chilena que abarca desde el Valle del Copiapó hasta el Valle de Curicó, cubriendo más de 1.200 kilómetros. La temporada de cosecha comienza en noviembre y se extiende hasta la semana 20 del año siguiente. En términos de volumen, se exportaron 68 millones de cajas durante la última temporada, con algunas regiones, como Coquimbo, experimentando caídas en producción debido a la sequía.

Desafíos logísticos y comerciales de la exportación

Uno de los puntos más destacados de la intervención de Vidal fue la incertidumbre en torno a la superficie real destinada a la producción de uva de mesa. Aunque Odepa reporta 43.000 hectáreas plantadas, algunas estimaciones privadas sugieren que solo 25.000 hectáreas están en producción para exportación. Vidal señaló que “tenemos un desafío de saber cuánto estamos produciendo, ya que probablemente hay más plantado”.

Otro aspecto crítico abordado fue el timing de cosecha. La temporada 2024 mostró un comportamiento dentro de los rangos normales, sin retrasos importantes. Sin embargo, el cumplimiento de las estimaciones semanales de exportación depende totalmente de la capacidad logística, un punto señalado por Vidal como clave para garantizar la eficacia de los envíos. “El cumplimiento de la estimación semanal depende 100% de la capacidad logística”, destacó.

Impacto de los desafíos logísticos en la competitividad

Vidal también mostró que, a pesar de que la capacidad logística de la industria chilena ha mejorado, persisten problemas en los embarques tardíos, especialmente en las semanas finales de la temporada. “Tenemos un gran desafío en poder mejorar esto”, comentó. La comparación de estimaciones versus volúmenes reales mostró una brecha considerable, lo que afecta la competitividad de Chile en los mercados internacionales, especialmente en relación con los envíos hacia Estados Unidos.

En términos de exportaciones hacia EE. UU., Vidal destacó que, durante la temporada 2022-23, se enviaron 30 millones de cajas, con un aumento a 36 millones en la temporada siguiente. Sin embargo, la industria enfrentó complicaciones como huelgas en Ica, Perú, y la disponibilidad de contenedores y capacidad portuaria. La variabilidad de las marejadas y otros factores logísticos también continúan siendo un obstáculo cada temporada.

Los desafíos logísticos y climáticos, junto con las dificultades en la infraestructura de transporte, continúan afectando la competitividad de la industria hortofrutícola chilena en los mercados internacionales. Es esencial que los actores clave del sector trabajen en conjunto para superar estos obstáculos y optimizar las operaciones logísticas. La optimización de la capacidad logística y la mejora en la infraestructura de exportación serán determinantes para mantener y mejorar la posición de Chile como proveedor global de uva de mesa.