El éxito de la industria salmonicultora de Chile hacia el exterior

marzo 25, 2024

Escrito por: Jorge Choque

Las exportaciones de salmónidos han crecido a un mayor ritmo que el resto de las exportaciones del país. En 2010 representaban un 2,9% del total de exportaciones de bienes y en 2021 representaron un 5,5% de ellas.

La salmonicultura es una de las actividades más importantes de Chile y posiciona al país entre los mejores del mundo en cuanto a su producción y exportación. El país es el segundo productor de salmónidos en el mundo después de Noruega, con un 28%. Además, la industria salmonicultora ocupa el segundo lugar como sector exportador de Chile después del cobre.  

En el 2023, la salmonicultura totalizó US$ 6.469 millones en exportaciones, US$ 406 millones por sobre los envíos de litio, que culminaron el año pasado con US$ 6.063 millones, según el balance del Banco Central. Las exportaciones de salmón superan, además, las de los rubros forestal, frutícola y vitivinícola.

En ese año, en términos de toneladas exportadas, los principales compradores de salmón chileno fueron Estados Unidos (32,7%), Japón (17,7%), Brasil (17,6%), Rusia (6,1%) y China (5,6%).

Las exportaciones de salmónidos han crecido a un mayor ritmo que el resto de las exportaciones del país. En 2010 representaban un 2,9% del total de exportaciones de bienes y en 2021 representaron un 5,5% de ellas; además, en 2021 representaron un 12,5% del total de las exportaciones de bienes distintos del cobre.

Chile posee una serie de condiciones privilegiadas para el cultivo de los salmónidos. Su extensa costa posee un mar de gran biodiversidad, con una temperatura del agua entre los 10° y 12° grados, corrientes marinas y mares interiores que protegen a los cultivos y aguas puras con niveles de oxígeno apropiados para la producción, los cuales representan ventajas comparativas naturales para la salmonicultura.

Además, el salmón presenta ventajas ambientales en comparación a las demás proteínas animales no marinas, pues tiene una huella de carbono menor que, además, continúa disminuyendo gracias a los avances tecnológicos. El salmón también utiliza menos agua dulce durante su producción, en comparación con otras proteínas.

Inicios de la industria

A mediados de los 70, comenzó la fase industrial y comercial de la salmonicultura en el país, con la instalación de compañías japonesas y holandesas que se suman a las locales. En este contexto es que, en 1976, se creó el Servicio Nacional de Pesca (Sernapesca), entidad estatal que fiscaliza la producción acuícola.

A mediados de los 80, la salmonicultura era una industria en expansión, aumentando la presencia de firmas y la producción, además de transformarse en una fuente relevante de crecimiento económico y empleo para el país, en particular en las regiones del sur.

En los 90 el crecimiento se mantuvo y llevó a la definitiva internacionalización del salmón producido en Chile. La producción mundial se concentró en países como Noruega, Escocia y Chile, con un modelo de acuicultura industrial. Las empresas chilenas se enfocaron en buscar nuevos mercados consumidores, que se sumaron a los principales, Estados Unidos y Japón.

Claves de éxito

Una de las grandes virtudes de la producción del salmón es que es un ciclo productivo, no de extracción, generando así una cadena de valor que va desde la incubación del salmón hasta la exportación de un producto listo.

Las exportaciones de salmón chileno han sido impulsadas por una combinación de factores, incluida la demanda creciente de productos del mar de alta calidad, la eficiencia en la producción y la adopción de prácticas sostenibles en la industria salmonera chilena. La reputación de Chile como un proveedor confiable y responsable en el mercado global también ha desempeñado un papel crucial en este éxito.

Además de los logros alcanzados hasta el momento, el mercado de exportación de salmón chileno presenta oportunidades significativas para el futuro crecimiento y desarrollo. Entre las áreas clave que podrían impulsar aún más este mercado se incluyen:

  • Diversificación de mercados: A pesar de la sólida presencia en Estados Unidos, la expansión hacia nuevos mercados podría ayudar a reducir la dependencia de un solo comprador y mitigar los riesgos asociados con fluctuaciones en la demanda o cambios en las políticas comerciales.
  • Innovación y desarrollo de productos: La continua inversión en investigación y desarrollo puede llevar a la creación de productos salmoneros innovadores que satisfagan las preferencias cambiantes de los consumidores y abran nuevas oportunidades en segmentos de mercado específicos.
  • Sostenibilidad y trazabilidad: La creciente conciencia sobre la sostenibilidad ambiental y la trazabilidad de los productos está impulsando la demanda de salmón proveniente de fuentes responsables y bien gestionadas. En este sentido, la adopción de prácticas sostenibles y la transparencia en toda la cadena de suministro son clave para mantener la competitividad en el mercado global.
  • Desarrollo de infraestructura y logística: Mejorar la infraestructura portuaria y las capacidades logísticas puede ayudar a agilizar el transporte y la distribución de los productos salmoneros chilenos, garantizando la frescura y la calidad del producto entregado a los mercados internacionales.

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