Entre los años 2022 y 2023, las locaciones de los malls chinos aumentaron un 100%, tras alcanzar los 181 locales, de acuerdo con un estudio de la compañía de algoritmos predictivos Xbrein. En la Región Metropolitana, en tanto, lograron las 75 ubicaciones -unos 85.000 m2-, con un alza de un 50%.

Hoy, una amplia y profusa variedad de productos tienen en stock las numerosas tiendas chinas repartidas en todas las comunas de la capital. Desde implementos para el hogar, hasta accesorios para mascotas, maquillaje, comida, ferretería y más.

Los bajos precios, de cara a la competencia nacional, las hacen prácticamente un panorama obligado y son un impulsor de crecimiento.

Los malls chinos

Administradas generalmente por chilenos, pero con dueños asiáticos, los llamados malls chinos comenzaron a expandirse y a ganar terreno hace aproximadamente ocho años.

Las tiendas de retail tenían la necesidad de rentabilizar de mejor forma sus metros cuadrados, liberando espacios que sirvieran de puntapié para que las cadenas asiáticas se instalaran en lugares más amplios -miden unos 1.000 m2 en promedio- tanto en la capital como en regiones.

Solo un ejemplo, hace cuatro años, en avenida Manquehue, a pasos del centro comercial Apumanque, la tienda Falabella bajó sus cortinas; el establecimiento pasó a transformarse en una dark store para solventar y abastecer el comercio online en pandemia. Y en noviembre de 2023 llegó a esa superficie la megatienda china Doremi.

Principales malls chinos del país

Según el informe de Xbrain, las principales cadenas chinas en el país son: Alistore, con 28 locales; Doremi, con cuatro, y Marketches, con tres ubicaciones.

La administración del 80% de los locales del gigante asiático está en manos de la empresa inmobiliaria DDI, controlada por el matrimonio chileno Renzo Silva y Lissette Díaz. Según el matrimonio, la propiedad de los malls chinos en el país es controlada por siete familias de chinos residentes en Chile. Ellos trabajan con cinco de estas, que «son las principales» del país.

Alistore, por ejemplo, es una tienda controlada por los empresarios chinos Ben Liu y Zhifeng Zhou. Ambos tienen amplia experiencia en el mercado nacional, con tiendas de ropa, cotillón y ferretería, pero son extremadamente reservados y nunca han dado entrevistas.

Doremi, la segunda cadena con más presencia, fue fundada en 2021 por Donjung Zhong, quien vive hace más de 13 años en Chile. Con solo tres años de operación, ya tiene cuatro tiendas en la Región Metropolitana.

En tercer lugar, está Marketches, que abrió en 2019 en la comuna de Huechuraba bajo el lema «El mall del hogar más grande de Santiago». Hoy cuenta con tres tiendas en la capital y su nicho está en artículos para el hogar y ferretería, sin dejar de lado la esencia de un mall chino que es tener de todo.

A nivel general, la concentración de estos malls está en la capital. Históricamente se han ubicado en la comuna de Santiago, dado su alto flujo. De hecho, según Xbrain, esa comuna concentra el 20% de la superficie, y las tiendas chinas han aumentado un 300% entre 2022 y 2023.

El sector oriente es ahora parte del radar. Eduardo Escala, gerente comercial de la consultora inmobiliaria GPS Property, explica que, ante el aumento de la inseguridad y la delincuencia, muchos comercios se han trasladado. «Es así como Ñuñoa, La Reina y en el último tiempo Las Condes han ido tomando protagonismo en el segmento de los malls chinos». Y así lo respaldan las cifras.

Según Xbrain, Vitacura ha sido la comuna que más creció en comercios chinos en los últimos dos años, equiparando a Huechuraba y Quilicura, con un 4% del total de las ubicaciones en la Región Metropolitana.

En GPS Property dicen que, en ese sentido, la presencia en regiones también ha ido creciendo, y ya tienen más de un centenar de plazas fuera de la capital. De hecho, si bien la Región Metropolitana representa el 41% del total de las ubicaciones, más de la mitad está afuera, donde lideran Valparaíso (con un 9,9%) y Biobío, con un 8,3%. Desde DDI explican que se posicionan básicamente en «sectores o localidades con una ocupación superior a las 20.000 personas».

Esta gran expansión tiene directa relación también con los precios. «En un mall chino, un niño de entre 4 y 8 años puede salir vestido, desde las zapatillas hasta la chaqueta y la ropa interior, con $30.000», ejemplifican en DDI.

El barrio Meiggs, enclave de productos chinos, sufrió un desplome de seguridad que selló su huida. El sector oriente es ahora parte del radar.