El país cuenta con un gran potencial de energías renovables para el desarrollo de proyectos de hidrógeno verde. Su producción abre una clara oportunidad de exportación, pues de hecho el país planea convertirse en líder global en la exportación de h2 verde y sus derivados hacia el 2030.

Ello, sumado a la producción de amoniaco para mercados internacionales, hace que los puertos de Chile y los buques que transitan en ellos cobren una vital importancia.

Marcos Kulka, director general de H2Chile, comentó al medio France 24 lo que ocurrirá en el país con la estrategia que implica la realización de 64 proyectos industriales en torno al hidrógeno verde, con inversiones «cercanas a los 5.000 millones de dólares para 2025».

El medio europeo destaca que, para ello, “se están reorganizando sus infraestructuras portuarias adaptadas a la importación y distribución de petróleo y gas, para poder también exportar amoníaco”, recoge una publicación en Agenda Marítima.

Por lo mismo, la estrategia del Estado de Chile es poder posicionarse en el mercado local para entrar con fuerza en el mercado internacional, por medio de la exportación limpia, baja en carbono y que en primer lugar se centrará en el amoniaco y para el 2030 espera convertirse en el líder exportador global de hidrógeno verde y sus derivados.

Chile se encuentra en la actualidad en un proceso de búsqueda para contribuir con la descarbonización energética nacional y así alcanzar la meta legal de ser un país carbono neutral y resiliente antes del 2050. Frente a esto, el hidrógeno verde surge como una alternativa para este objetivo.