El proyecto Puerto Exterior de San Antonio, uno de los planes de mayor magnitud en Chile, permitirá una mayor capacidad portuaria para asegurar tanto el abastecimiento como el desarrollo económico del país, a través de una infraestructura eficiente, segura y amigable con el medio ambiente.

Este proyecto nace en 2013 en respuesta a diversos estudios coordinados con el Ministerio de Transportes que estimaron una falta de capacidad de los puertos de la V región para movilizar contenedores con un buen nivel de servicios entre 2034-2035.

De acuerdo con Daniel Ruz, gerente de Proyecto de Puerto Exterior, «nosotros estamos permanentemente mirando cómo va evolucionando el sector para asegurar que el proyecto cuente con todas las actualizaciones y modernizaciones de estándar mundial».

En ese sentido, ejecutivo señaló que han contratado consultorías internacionales para desarrollar los modelos tanto físicos, matemáticos como de negocios para anticiparse a las necesidades futuras del comercio exterior de Chile en el diseño del proyecto.

«El Puerto Exterior nace como una necesidad del país de contar mayor capacidad de infraestructura portuaria para asegurar tanto el abastecimiento como el desarrollo económico», dijo.

El proyecto Puerto Exterior contempla una inversión total de US$4.000 millones, US$1.500 millones de inversión pública y el resto de inversión privada a través de concesiones. Se busca que sea una terminal semiautomatizada, con un gran foco en la reducción de emisiones, eficiencia y seguridad. Se proyecta que podrá movilizar un total de 6 millones de TEUs y 60 millones de toneladas anualmente. Podrá recibir portacontenedores de hasta 14.700 TEUs, con una eslora de 400 metros y calado de 15,5 metros. 

Fases de construcción

Las primeras construcciones, llamada «Fase 0», corren por parte de la Empresa Portuaria San Antonio (EPSA) y consideran: Obras habilitantes (caminos y vías FFCC para construcción); Obras de abrigo (rompeolas, dragado y rellenos); Obras de accesibilidad vial y ferroviaria definitiva dentro del recinto portuario. Luego, comienza la «Fase 1», que serán las construcciones del Terminal Mar y Terminal Tierra, con inversiones que se realizarán a través de las concesiones. Cada uno de ellos tendrá una línea de atraque de 1.730 metros, lo que permitirá que cada uno de estos terminales pueda recibir simultáneamente cuatro portacontenedores de Clase E.  

También, otra parte del proyecto considera la red de logística que ejecutará el Ministerio de Obras Públicas a través de su Dirección General de Concesiones. Los concesionarios de las autopistas Ruta 78 y 66 realizarán un mejoramiento de los accesos al puerto considerando las necesidades de flujo que va a tener el Puerto Exterior en su máxima capacidad. También la Empresa EFE Trenes de Chile desarrollará el proyecto Corredor Ferroportuario y Centro de Intercambio Modal. 

«Es un trabajo interministerial. El puerto forma parte de esa red logística y los componentes viales y ferroviarios están siendo coordinados por las autoridades de gobierno para que se realicen en armonía con el desarrollo portuario, el puerto exterior, Puerto Valparaíso y con el puerto de San Antonio actual», apuntó Ruz. 

¿Qué se viene?

El año 2020 fue ingresado el estudio de impacto ambiental al Sistema de Evaluación Ambiental (SEA). Luego, en 2021 se recibió el primer set de consultas y aclaraciones solicitados por el SEA junto con la ciudadanía. En el 2022 se dieron las soluciones, «hicimos diversos estudios y adecuaciones del proyecto para dar respuesta tanto a los servicios técnicos como de la población», explicó el ejecutivo. Por último, en 2023 se acogió el segundo set de consultas, y, «en eso estamos ahora, preparando las respuestas y esperamos ingresarlo a la brevedad; tenemos como fecha máxima 15 de enero de 2025». Ruz agregó que «el año 2026 esperamos cerrar ese proceso con una Resolución de Calificación Ambiental. Asimismo, desde abril hasta fines de este año estamos en un proceso de manifestación de interés, recibiendo opiniones de empresas afines para poder incorporarlas al proceso de licitación».

Cabe destacar que algunas modificaciones al proyecto en la adenda complementaria fueron: «adecuación del acceso ferroviario. Además, aumentamos el reasentamiento de la población Juan Aspee para eliminar los impactos que en ella tenía el proyecto y la operación del puerto. También se generaron nuevas medidas de mitigación para acceder a la laguna de Llolleo y al parque del Pacífico que está en la inmediación del proyecto. También uno de los cambios relevantes es que antes en la zona de San Juan nosotros usábamos parte de la vía pública para transitar con camiones de cantera y ahora eso cambia, vamos a construir vías exclusivas privadas donde se conectará la Ruta de la Fruta hasta una estación de transferencia que está cerca de Ferrocarril; por lo tanto, ningún camión de construcción pasará por la vía pública. Los cambios buscan tener un mayor desarrollo ambiental y acoger algunas de las solicitudes que recibimos durante el proceso de evaluación ambiental», explicó el ejecutivo.

Finalmente, en 2025-2026 se constatarán obras, se iniciará el proceso de licitación y comenzarán las construcciones apenas se obtenga la Resolución de Calificación Ambiental. «Entre el 2027 y el 2035 deberíamos estar construyendo las obras de abrigo e iniciar el proceso de licitación de la primera concesión. En 2033 esperamos entregar el terreno al primer concesionario para que en 2036 tengamos un buque operando en el Puerto Exterior. Llevamos más de 10 años trabajando, nos faltan más de 10 todavía para poder ver este puerto en operación», aseveró el ejecutivo.