Las grandes navieras empiezan a aplicar recargos por huelga portuaria en Estados Unidos
octubre 3, 2024
Escrito por: Admin L360
Estos recargos serían "por cualquier coste operacional asociado con buques que sean retrasados por culpa de la huelga".
Ya son tres días de la huelga de la estiba en los puertos de la costa este de Estados Unidos y el golfo de México y, por lo tanto, se hace efectiva la aplicación de recargos por parte de las navieras. La última en constatarlo ha sido el gigante francés CMA CGM, que este jueves ha anunciado que aplicará costes adicionales a cualquier carga que estuviera en el agua desde el pasado 1 de octubre, primera jornada de las movilizaciones.
Estos recargos serían «por cualquier coste operacional asociado con buques que sean retrasados por culpa de la huelga», especifica la naviera en un comunicado. CMA CGM no está sola, ya que en los días previos a los paros se alinearon los avisos de Hapag-Lloyd, Maersk o MSC en la misma dirección, y el segundo día, el miércoles, fue el turno de Cosco Shipping. En su comunicado, la naviera dirigida por Rodolphe Saadé invoca el apartado 10 de su ‘bill of lading’, la causa de «fuerza mayor», para justificar los costes extra.
La última información de CMA CGM no fija un precio para esos costes. Se da la circunstancia que la compañía iba a aplicar un recargo por «peak season» (temporada alta) de 1.000 dólares por teu a toda la carga procedente de zonas afectadas por la crisis del Mar Rojo (India, Golfo Pérsico, Mar Rojo y Egipto) con destino a la región norteamericana afectada por la huelga, pero se ha pospuesto hasta el 1 de noviembre. Asimismo, la naviera ya comunicó a mediados de septiembre que aplicaría un cambio de tarifas para el import y export a y desde los puertos afectados, que van de los 800 dólares por un teu de exportación a los 1.500 dólares por un reefer, y esta última tarifa también para todo lo que llega a los recintos estadounidenses en huelga. Se aplica a la carga que la compañía reciba a partir del 11 de octubre, la cual, a su vez, queda exenta de los recargos por fuerza mayor de este jueves, por lo que el recargo por «costes operativos» sería efectivo hasta ese día.
La estatal china Cosco Shipping ya avanzó medidas similares el día anterior, miércoles, invocando también su «bill of lading» y la «fuerza mayor». En este caso, el armador asiático ha publicado una batería de recargos que van de los 1.000 dólares por un teu que tenga su origen en Europa o Latinoamérica, a los 3.798 dólares para un contenedor «high cube» que haga su viaje desde África o la costa este asiática. Median tarifas como los 2.400 dólares por un teu desde estos dos últimos destinos a los puertos en huelga, o los 2.000 dólares por un feu (40 pies) que proceda de Latinoamérica. Los recargos se ponen en práctica a partir de los días 18 y 19 de octubre, y Cosco alega que son «para balancear las pérdidas generadas por la disrupción y asegurar la calidad de nuestros servicios».
La misma dinámica ha ido repitiéndose en las primeras navieras del mundo: MSC introdujo recargos de 1.500 dólares (teu), 3.000 dólares (feu) y 3.798 (high cube), que empezará a cobrar a partir del 27 de octubre y con vistas a «cubrir disrupciones en las operativas». Hapag-Lloyd aplica 1.000 dólares por teu, prácticamente con las mismas condiciones y por las mismas razones. Y el 21 de octubre se harán efectivos los de Maersk, de nuevo para cubrir el dinero perdido durante la huelga, aunque la danesa lo condiciona a «como sea el impacto de la disrupción en la cadena de suministro». Carga 1.500 dólares por teu, 3.000 por feu y 3.780 por ‘high cube’ de 45 pies.
Las navieras siguen aceptando carga
Pese a los recargos y a que, por el momento, no hay visos de que estibadores y empresas lleguen a un acuerdo en Estados Unidos, las navieras mencionadas no manifiestan que dejen de aceptar cargas para los 36 puertos afectados, o incluso afirman que continuarán haciéndolo. Maersk señala que «no hay restricciones a nuevas importaciones a través de los puertos afectados», mientras que Cosco sí advierte que «la incertidumbre podría derivar en reajuste a otro buque, o cancelación». En este sentido, el analista marítimo y consejero delegado de Vespucci Maritime, Lars Jensen, ha afirmado este jueves en redes sociales que «ello implica que las navieras creen -o esperan- que la huelga sea relativamente corta». «Si ese no fuera el caso», continúa Jensen, «estos encargos empezarán a apilarse en los puertos de origen o en los hubs de transbordo, generando una congestión global». Según sus proyecciones, «ello será visible en Europa en menos de dos semanas desde ahora, cuando los barcos planificados no estén volviendo de Estados Unidos».
Según un recuento «rápido» compartido por el analista, 54 buques portacontenedores se agolpaban al mediodía de este jueves frente a los puertos afectados, «con más embarcaciones llegando cada hora». Jensen también ha sugerido que las navieras podrían estar utilizando puertos alternativos en el Golfo de México, por ejemplo en Bahamas, Panamá, Jamaica o Colombia, «para liberar buques rápido y que puedan continuar con su rotación», aunque ello también derivaría «en congestiones significativas» para estos recintos en poco tiempo.
Falta de acuerdo
La huelga se hizo efectiva el pasado martes 1 de octubre después de que la Asociación Internacional de Estibadores (ILA por sus siglas en inglés), que es el sindicato mayoritario en la costa oriental del país, no lograra alcanzar «un acuerdo satisfactorio» con la patronal (Alianza Marítima de Estados Unidos), que en este caso representa a terminales y navieras. Sobre la mesa se encuentra la renovación del contrato laboral entre ambos colectivos, que había caducado tras seis años y se llevaba negociando desde el pasado mes de mayo. La ILA reclama subidas salariales, y también una mayor seguridad laboral ante el incremento de operativas automatizadas.
Las navieras son precisamente uno de los blancos de los estibadores norteamericanos, que les acusan de haberse enriquecido desde las disrupciones provocadas por la pandemia de covid-19, y sin que ello haya repercutido en otros sectores del comercio marítimo. Aunque la Alianza Marítima apuntaba el lunes en un comunicado que había ofrecido «incrementos del 50% en los salarios», los estibadores han recibido el apoyo del presidente de los Estados Unidos, Joe Biden, que presionó a la patronal para que ofreciera mejores condiciones. Ello habría llevado a navieras y terminalistas a reiterar su posición «abierta a negociar», en otro comunicado publicado el segundo día de huelga. «Creo que estamos progresando, lo descubriremos pronto», anunció el propio Biden en un encuentro con periodistas, según recoge la agencia de noticias Reuters. Este medio también señalaba el pasado martes que algunos gigantes del retail, como Walmart o Costco, «están haciendo todo lo que pueden para mitigar el impacto» de los paros, mientras que el titán danés del pharma Novo Nordisk apuntaba al modo aéreo, entre otras opciones, como alternativa para mover sus productos.
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